La EDS (La Educación para el Desarrollo Sostenible) se considera una herramienta efectiva para fomentar conocimientos y valores necesarios para lograr un desarrollo armónico, dirigido hacia la integridad medioambiental, la viabilidad económica y la justicia social.
Haciendo referencia a los 3 objetivos anteriores, diríamos que:
Vivimos bajo un modelo insostenible. Por ello, tenemos que identificarnos como parte de la naturaleza no como dueños de ella. La educación debe ser un llamado a la vida, garantizando el bienestar de la humanidad a largo plazo.
Toda decisión económica tiene una consecuencia moral. Fomentar el consumo responsable, contribuye al desarrollo sostenible ya que nuestras elecciones de consumo definen la producción de bienes y servicios.
Hablar de justicia social es hablar de educación inclusiva. Cuestiones como el nivel económico, género, edad, apariencia física, origen, discapacidad, entre otros, son factores que continúan marcando injusticias en los resultados y en los aprendizajes educativos de personas y grupos sociales.
Como padres de familia buscamos preparar a nuestros hijos para adversidades futuras, muchas de estas adversidades hoy en día son predecibles gracias a la ciencia, por lo que se convierte en un compromiso moral con la sociedad y uno mismo educar con empatía al mundo que nos rodea.
“La educación, en todas sus formas y todos sus niveles, no es sólo un fin en sí mismo, sino también uno de los instrumentos más poderosos con que contamos para inducir los cambios necesarios para lograr un desarrollo sostenible”. Koichiro Matsuura
Referencias:
https://es.unesco.org/themes/educacion-desarrollo-sostenible
https://www.sostenibilidad.com/vida-sostenible/consumo-responsable-beneficios-consumo-local/
https://coralelizondo.wordpress.com/2018/04/28/derecho-y-justicia-social-en-la-educacion/